28 julio 2009

Maratón


No es que me haya aficionado a correr más de cuarenta kilómetros en vacaciones. Me he limitado a disfrutar de un gran programa de la cadena de no música Mtv. El programa se llama Rock of Love. A un cantante de música rock se le ofrecen en sacrificio una serie de mujeres que se pelean por él y le idolatran como el famoso que es.

Al ver el programa tienes esa sensación de rabia y de ira que expresas al ver ciertos programas como el debate político 'moderado' por Curri o al escuchar en la radio a Federico. Y lo peor de todo es que te absorbe y te vincula con la cadena, a pesar de que la única canción que se escucha son las sintonías de los anuncios.

Este es un ejemplo de la moral que nos golpea estos días. Como ellas se prestan a todo ese juego. Qué gente más enrollada, qué modernos, o qué 'Cool' como repiten cien veces en cada programa. Esta filosofía se mantiene en la programación de muchas cadenas, cómo seguimos viéndolo.

26 julio 2009

Hábitos adquiridos

Uno de los hábitos que tomé en Londres consistía en ir a comprar el desayuno con las legañas puestas. La verdad que en España no lo he realizado muy frecuentemente, pero ayer fue uno de esos días. Me levanté un poco antes que mi chico y decidí ir a comprar un acompañamiento apropiado para el Nesquik. Seguramente en España esta costumbre no tiene muchos seguidores porque vivimos en bloques de apartamentos y en Gran Bretaña en cambio al abrir la puerta de tu casa ya te encuentras al nivel de la acera.

Al verme en el espejo del ascensor me di cuenta el careto que debía vestir cuando iba a comprar los deliciosos dulces de la panadería turca de Seymour Road.

En la desidia que conlleva el comienzo de las vacaciones mi visita al take away de la cena fue más o menos con la misma ropa. Esta vez me decliné por un pantalón largo, pero con la comodidad que Joey de Friends llamaba ‘en plan comando’. Baje en el ascensor y el espejo y yo continuábamos enfadados. Yo no le aguantó por su sinceridad y él tampoco me piropea con frecuencia.

La verdad que la poca cantidad de ropa no fue premeditada. Me di realmente cuenta en la calle. Empecé a andar en busca de una cena del gusto de mi chico por Bravo Murillo. Mi rapidez al vestirme hizo que no fuera muy concienzudo en atar el único punto que me permitía mantener mi intimidad. En uno de mis largos pasos el botón se soltó y su no hubiera estado rápido hubiera mostrado mi nuevo afeitado en Estrecho.



Respecto absoluto para los naturistas.