Mi uso está centrado principalmente en absorber información sobre música que desconozco. Algunas veces es por una crítica directa, también al ver un montaje de alguno de los artistas que hay sueltos por la red y, porque no, de alguna de las bandas sonoras que son programadas en cualquiera de vuestros diarios.
Debido a mi ausencia y a la falta de curiosidad, que he demostrado últimamente, mi iPod estaba algo más que aburrido. Pero la reaparición de cierto tiempo libre ha conseguido que mi compañero de viaje matutino vuelva a sonreír. Los culpables han sido E.L.O., un grupo de los 70-80 que me han recordado al descubrimiento de Queen cuando era un pipiolo.