24 agosto 2009

Renacimiento

Hoy he acompañado a una amiga en su búsqueda de piso. En una especie de hito en el mercado inmobiliario en España, lo ha encontrado a la primera. Lo mejor de todo ha sido su cara de satisfacción al conseguirlo. Ese momento me lo ha regalado, y me lo guardaré de la manera más egoísta que pueda.

El azar ha querido que sonará en mi iPod una de las canciones de Sigur Rós que me emborrachan. Así que, a modo de trueque, se la quiero dedicar. Espero poder decir con palabras todo el positivismo que explota en mí cuando escucha esta canción.

'Algunas personas nacen a toque de trompeta. O así es como debería ser. Alguien va a venir a este mundo que lo va a transformar en algo más luminoso.
Sólo los ocho primeros latidos son una tentativa. Desde el noveno empieza las chispas. Esas que encienden la felicidad, esas no aptas para ciegos a la real belleza, esas que no entienden de un comportamiento matemático.
Un enigma es la apariencia real de estos destellos. Pueden aparecerse a modo de ídolo religioso en una mirada de complicidad. También en gestos de imposible actuación. Incluso pueden venir de una leve sonrisa que asoma entre las lágrimas de impotencia.
Sin parar de crecer, sin dejar de cumplir su cometido.
En algunas ocasiones todo se para. Pero nada ha muerto. No se ha borrado todo lo que se ha aprendido. Sólo hay que colocar las cosas en su sitio. Hay que coger fuerza para comenzar de nuevo.
Entonces un día todo se restablece. Todo brilla de nuevo. Todo comienza.'

No lo he conseguido. Pero el caso era intentarlo. En definitiva, Esther no pares de buscar tu estrella. Qué narices. Busca galaxias de ellas, que en eso eres profesional.

Te quiero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por motivos personales, sigur ros los he puesto en segundo plano, pero temas como este demuestran que su música va un punto más allá que otras. su música tiene el punto emocional del arte con mayúsculas

Una astrofísica por el mundo dijo...

¡¡GRACIAS!! (por tanto...)

Yo tambien te quiero :-)