27 noviembre 2010

Tintín de pared, no de estantería


Hace dos fines de semana estuvimos en París. Era mi primera vez en la capital francesa y no pude luchar contra el incremento de gravedad de mi mandíbula. ¿Por qué he tardado tanto en ir?. Ya se empiezan a acumular en la lista de 'no visitada' las 'repetición obligatoria'.

No pudimos ver ningún museo ya que había que limitar el viaje a una lista de 'posibles'. Sustituí la visita a exposiciones por la adquisición de una nueva lámina para nuestro piso. Guapo me descubrió el primer cómic de Tintín, 'Tintín en el país de los Soviets'. No conocía este número de la colección y quedé prendado de la portada, así que me compré una lámina para poder vestir las paredes de nuestra habitación. Al llegar a Madrid decidí hacerme con una versión en español del tebeo. Me parecía mal no haber leído el libro, cuya portada acompañaba a mi gotelé. Finalmente no fue tan complicado hacerme con él a pesar de que en el Fnac me habían confirmado que estaba descatalogado, así que está semana me planté ante la obra de Hergé a disfrutar. Todo lo contrario a lo esperado. Ha sido un suplicio de lectura, supongo que será tan simple porque va dirigido a niños. "La curiosidad mató al gato".

Hasta cambio de opinión, Tintín sólo será un icono, pero nunca de lectura.

1 comentario:

Una astrofísica por el mundo dijo...

Como pasa con muchas otras cosas, o eres de Tintín o de Asterix... así que ya has salido de dudas :-)