Uno de tantos

Con mi voto decidido ya de manera postal, ayer llegué a mi casa y me dispuse a ver la contienda entre los dos más probables candidatos a ocupar la Moncloa. Seguramente con lo que voy a comentar a continuación se percibirá a quien fue dirigido mi voto, pero no puedo callar esta boca de cotilla de portería para expresar algo que en mi opinión es imperdonable en alguien con formación, qué coño, en alguien con dedos de frente (disculpar este elitismo tan mediocre).

Uno de los comentarios del señor Rajoy sobre inmigración era de una propaganda tan demagógica que da lastima. Como alguien con unas aspiraciones a un puesto como el de Presidente de Gobierno se puede permitir decir que los inmigrantes vienen a España a quitar ayudas que deberían ser para los españoles (españoles, una de las palabras más repetidas en la contienda). Por el bien del coeficiente intelectual del líder de la oposición espero que esto únicamente sea parte de una campaña simplista, a la que se ha visto obligado a acudir por las exigencias de un Esperanzador guión.

Me parece que no descubro nada cuando afirmo que la mayoría de los inmigrantes en España ocupan las posiciones más desfavorables económicamente. Así que si sigo con ese planteamiento, si están legalmente asentados en nuestra SOCIEDAD deben tener derechos y deberes. Entonces si cumplen sus deberes porque no pueden hacerse con derechos como cualquier otro español que está produciendo para ésta, nuestra nación. Puede ser que todo esto sea más demagogia barata, pero siempre me ha parecido un planteamiento simplista y me parece desalentador que Rajoy lo tome a título propio.

Como última puntuación antes de poneos una canción que he retomado para mi trayecto al trabajo. Siempre he oído que en los debates o todo se queda igual o pierde puntos el que estaba ganando, porque será que en esta ocasión no ha ocurrido tal cual.