25 septiembre 2007

No manches tus uñas


Ya estoy en mi última semana en Malta. Hoy sería mi última Welcome Party, pero la verdad es que no me apetece mucho ir a tomarme una cerveza hasta la zona de marcha para luego volver a casa en unos de los cómodos buses de la flota maltesa. Así que me quedaré en casa pensando en mis tonterías, bueno, creo que será más productivo que me ponga a leer.

Hoy voy a hablar de las manchas blancas de la uñas, si esas gran olvidadas y tan poco queridas (más o menos así, y por supuesto con más gracia empezaría un monólogo de Luis Piedrahita). Todo el mundo por influencia de su madre dice que esas manchas son por falta de calcio. Pero como pasa en otros muchos casos es una excusa para que no rechistes ante el tazón lleno de leche que regalan en el paquete de cinco kilos de Colacao. Destruiré una leyenda urbana, una conversación de portería y ante todo un matrimonio más firme que el hierro y las lentejas. Pues no señores, no es porque tengas falta de calcio, la causa de estas marcas puede ser muy variada. Sí suele ser por una falta en tu organismo, pero no tiene porque ser por algo tan sencillo como una falta directa de un elemento.

Esta falta puede ser por muchas causas, y ahí esta lo que hoy quiero describiros. Me he dado cuenta que a mi concretamente me aparecen cuando tengo un periodo de tensión, no es que me aparece instantáneamente, es a la semana, cuando mi mente ha asimilado mi estado de nervios mi cuerpo me recuerda lo idiota que fui tomándome las cosas demasiado en serio. A mi sólo me toca admitir lo estúpido que fui y esperar a que se borre de mi mano ese tatuaje temporal. Gracias a él recuerdo las cosas que no debo hacer. Pero la memoria es a veces incluso más fácil de borrar que las manchas blancas de las uñas. Así que finalmente supongo que volveré a tener una mancha de la misma forma, color e intensidad.

Tendré que admitir mi calidad de humano y ser consecuentemente el único animal que tropieza dos (y más veces) en la misma piedra.

1 comentario:

Nils dijo...

pues a mí tus manos me encantan, con o sin manchas, y sobre todo masajeándome, rozando mi cuerpo, sintiendo mi piel...